Demócratas anteriores, demócratas posteriores

10 abr.

Ahora se habla de “demócratas anteriores” y “demócratas posteriores”, o sea, de los que nunca fueron fidelistas, y los que lo fueron hasta desilusionarse. Ahora hasta hay análisis sicológicos de la conducta de la gente en una sociedad policial. Hay un debate que está saliendo en el Patria, sin grandes titulares, más bien calladito, en el que están tratando de analizar la conducta de la gente que colaboraba con la Seguridad honestamente. Fíjate bien: no por envidia u oportunismo, sino por deber. Cuando aquello existía el mito del seguroso, el que estaba conectado con la Seguridad era ya él mismo mítico ¿y a quién no le gusta ser mítico? Eso era una carta segura para el reclutamiento. Antes en una fajazón era costumbre decir ¡ten cuidao, que tú no sabe quién soy yo! para meter miedo al contrario con la posibilidad de ser seguroso. Pero el otro también decía ¡tú ere el que no sabe quién soy yo! Y los dos eran par de comemierdas. Después ya se fue devaluando la amenaza, después el comemierda de turno decía ¡tú no sabe quién soy yo! y el otro ripostaba ¡¿qué, ere policía, me vas a denunciá?!
Bueno, en el periódico está saliendo una entrevista de un tipo que espió a un amigo. La gente del debate lo ayudaron a confesárselo al amigo y a la reconciliación con él. Hay otros que no han querido la mediación, uno que estando casado recibió la misión de hacer relaciones con la mujer de un diplomático italiano. Dice que la Seguridad le llegó a proponer una habitación para que llevara a la italiana y se la templara, y poderla filmar. Este debate es una buena lección para la gente que simplifica aquella época. Para que vean cómo puede la convicción ideológica subvertir los sentimientos éticos más sagrados. Hasta hoy la esposa no lo sabe, y él se negó al ofrecimiento de reconciliación que quieren mediar los del debate.
¿Tiene el que nunca fue comunista más méritos que el que creyó en el sistema y no se dio cuenta de la mierda? Tú nunca fuiste comunista, te parecía mejor lo que tú escuchabas que era el capitalismo, a mí me parecía mejor lo que yo escuchaba y leía que sería el comunismo ¿Por qué he de ser yo menos auténtico que tú? Yo no veía la mierda, okey no la veía. Estos imbéciles de hoy no pueden creer eso, no pueden creer que las covicciones ciegan ¡coño! Sólo a partir de la perestroika empecé yo a oler la mierda que me rodeaba, pero antes hubiera matado, o peor, me hubiera dejado matar por mi ideal, que yo lo veía personificado en Fidel Castro. Yo me pintaba su efigie en el pulover (cosa interesante, nunca me dió por ponerme un pulover del Che). Si no entienden eso los ganadores de ahora, si tú no entiendes eso (yo sé que tú si lo tratarías de comprender, por eso somos amigos) si nadie se ocupa de repensar qué hizo posible que Fidel se muriera cuando le dio la gana y todavía con apoyo, aunque en el mundo ya no había comunismo hacía rato, estaremos tan jodíos como antes.
Ahora resulta que todo el mundo era demócrata a la espera, nadie era comunista de verdad, ahora los que eran fidelistas activos conversan con los que siempre fueron reviraos y se adaptan asombrosamente a la retórica actual. De pinga los descaraos estos. Te dan ganas de gritarles en medio de la calle ¡Oye tú, so descarao, tu eras chivatón fidelista y ahora te haces el demócrata! Pero imagínate, no se puede sentar el precedente, porque de ahí vamos directo a los linchamientos. Está bien que haya reconciliación, pero reconciliación no sólo aceptando a los que se muestran convertidos. Yo critico la falta de dignidad de la gente hoy día, no puedo renegar del pasado porque esa es mi historia también, qué cojone, allí no me callé y ahora tampoco me voy a callar. No tengo grandes aspiraciones, no porque ya lo conseguí todo, sino porque ya estoy viejo para reempezar. Cuando la revolución sí que tenía ilusiones, y no me callé, ahora me voy a morir con una nueva ilusión: abochornar a los convertidos.
Dime, Alexis, ¿tú crees de verdad que este país tiene futuro con el poco valor que se le da a la dignidad?